Costa Rica-Música
Gaelle Sevenier
AFP - Oct 24, 2003

Amounsulu, un grupo costarricense de música fusión que se abre al mundo



SAN JOSE, 24 Oct (AFP) - "Amounsulu" es una banda con ocho músicos jóvenes provenientes de Europa, África, Centro y Sur América, que han creado en Costa Rica una fusión de ritmos que fascina al público local y que busca proyectarse al plano internacional.
Amounsulu, que significa "bienvenido" en wolof, un dialecto senegalés, de donde es originario uno de sus integrantes, sacó la semana pasada al mercado su tercer disco compacto: "El bosque eterno de los niños".


El grupo nació hace apenas dos años y medio y ya es uno de los conjuntos alternativos más conocidos de Costa Rica. Con la aparición de su nuevo disco, esperan captar públicos en otros países, empezando con México y Bélgica.

La fusión de ritmos africanos, indios y australianos ha producido una música muy original: la serenidad de la cítara, guitarra típica de la India; el sonido suave del didyiridu, larga flauta aborigen de Australia, mezclados con el ritmo sostenido de los yembes y del dunumba, famosos tambores africanos.

A los conciertos de Amounsulu, generalmente organizados en bares alrededor de la Universidad de Costa Rica, al este de San José, acuden en su mayoría jóvenes estudiantes costarricenses y extranjeros.

"Cada vez que tocan, pasa lo mismo, a la gente les gusta mucho y empiezan a bailar" explica Mónica, de 17 años, quien viene a ver al grupo cada vez que puede.

"Nuestra fuerza es el público", explica Cyril Dupuy, propulsor del grupo, "la gente es muy receptiva a nuestra música. Debemos nuestro éxito a lo que la gente habla de nosotros."

Cyril viene del sur de Francia, pero su padre es originario de Senegal. Llegó a Costa Rica hace 8 años.

Su historia personal es tan original como la de su música. Su padre es el descendiente de un vendedor francés de esclavos africanos, quien forzó a la princesa de Senegal a casarse con él en el siglo XIX. Su familia, los N'Diaye, sigue siendo propietaria de la famosa isla de Gores en Senegal.
Cyril nació en 1973 con un corazón del tamaño del de un adulto. Ha sobrevivido con su defecto, que no le impide disfrutar la vida y llevar adelante nuevos proyectos con entusiasmo, como el de propulsar su grupo a nivel internacional.

Este objetivo de exportar su música se le facilita a Amounsulu por tener una composición tan variada; sus miembros son originarios de Francia, Senegal, Argentina, Chile, El Salvador, Hungría y Costa Rica.

En enero, el grupo viajará a México, donde hace poco encabezó la lista de los diez primeros lugares de popularidad (Top 10) de la radio de la Universidad Autónoma de México. Posteriormente, planea presentarse en Bélgica.

"La música no tiene fronteras" dice Cyril "es nada más el canal a través del cual pasa un mensaje."
El grupo debe su éxito tanto a la originalidad de su música como a su filosofía. Cyril utiliza una frase de una famosa película francesa que se llama "El Odio" para describir la sociedad de hoy: "Es la historia de una sociedad que cae, cae... Lo más duro no es la caída, es el aterrizaje".

Para resumir su pensamiento, durante cada concierto usan su famoso lema: "Nuestro templo el bosque, nuestra salvación la fe."
Según el francés, "el mundo no puede seguir siendo contaminado, destruyendo el ecosistema sin preocuparse de las generaciones futuras. La misión de Amounsulu es hacer que los jóvenes se den cuenta de que hay que proteger el planeta, ese bosque eterno de los niños".


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